miércoles, 29 de octubre de 2008

ORIGEN Y EVOLUCIÒN DEL HOMBRE, LA TIERRA Y LA VIDA

SEGÚN LA CIENCIA:

ORIGEN Y EVOLUCIÒN DEL HOMBRE Y SUS CARACTERISTICAS:

La Era de los Mamíferos

Se calcula que hace 180 millones de años, cuando aún dominaban los reptiles el planeta, aparecieron los primeros mamíferos sobre la Tierra. La multitud de especies de mamíferos que comenzaron a desarrollarse a partir de entonces eran muy diferentes a las que actualmente conocemos y muchas de ellas han desaparecido por completo.
Las cerca de 5 mil especies de mamíferos conocidos en la actualidad se agrupan en órdenes, como son: cetáceos, carnívos, marsupiales, roedores, desdentados, entre otros. De los distintos órdenes, los seres humanos, así como sus ancestros más lejanos, pertenecen al de los primates.

Los Primates

Para los científicos el punto de inicio de la historia de la humanidad empezó con la aparición de los primates, hace unos 65 millones de años. Los primeros de ellos eran unos pequeños seres que empezaron a vivir en los árboles en lugar de permanecer en el suelo, como la mayoría de los mamíferos. Entre las especies que pertenecen a los primates están, además del ser humano, los simios, monos y musarañas. Durante su desarrollo evolutivo, estos primates se hicieron de ciertos rasgos especiales: buena visión, manos con las que se pueden sujetar firmemente objetos y un cerebro relativamente grande.
Por pertenecer a la misma familia, las diferentes especies de primates, en especial monos y simios, guardan similitud con el ser humano. Según algunos estudiosos, el último ancestro común entre el ser humano y el chimpancé, nuestro primo más cercano, existió hace 6 ó 7 millones de años. Después de esta separación apareció el primer, el llamado Australopithecus, que posteriormente dio lugar al Homo habilis, el primer especímen del género Homo, al que pertenecemos los seres humanos modernos.
Los cambios en la biología de los primates que desembocaron en los primeros homínidos se dieron en África: en el Este y en el Sur. El cañon de Olduvai, en Tanzania, el noreste de Africa, es uno de los lugares donde se han encontrado los fósiles más antiguos que aportan datos sobre la historia evolutiva del ser humano.

Homínidos

Los límites que señalen el comienzo y el final de los distintos homínidos no son exactos, se calcula que aparecieron hace 4.5 millones de años y se extinguieron hace unos 2 millones de años. Durante mucho tiempo debieron coexistir diferentes tipos, y el final de una especie se entremezcló con las generaciones de otra en el transcurso de miles de años.
Los científicos distinguen entre varias especies de homínidos. Todos ellos comparten algunas características básicas:
Pueden mantenerse erguidos y caminar en dos pies Tienen un cerebro relativamente grande en relación con el de los monos Su mano tiene un dedo pulgar desarrollado que les permite manipular objetos.

Australopithecus

El Australopithecus es el homínido más antiguo que se conoce. Australopithecus quiere decir "simio sudafricano" y se estima su antigüedad hasta en 4 millones de años.
En 1925, el paleontólogo Raymond Dart descubrió el cráneo de un Australopithecus en Taung, al sur de África. El descubrimiento de este fósil, ancestro del ser humano e íntimamente relacionado con el mono, provocó polémica porque se encontró en África y hasta entonces se había fundado el origen del ser humano en Europa. En lugares cercanos a este descubrimiento se encontraron otras especies de Australopithecus (afarensis, africanus, robustus, boisei), que confirmaron el origen del hombre en África.
Sus restos demostraron que estos homínidos medían más de un metro de estatura y que sus caderas, piernas y pies se aparecían más a los de los seres humanos que a los de los simios. El cerebro se asemejaba al de estos animales y tenía un tamaño similar al del gorila. La mandíbula era grande y el mentón hundido. Caminaban erguidos y podían correr, a diferencia de los simios. Sus largos brazos acababan en manos propiamente dichas, con las yemas de los dedos planas, como las de los seres humanos. Se cree que estos seres eran carnívoros, pues a su alrededor se han encontrado huesos y cráneos que habían sido machacados para extraer el tuétano y los sesos.
Quizá la especie más famosa de Australopithecus es la Australopithecus afarensis, gracias al descubrimiento, en 1974 en Hadar, Etiopía, de los restos de , una joven mujer de la que se encontraron 52 huesos de un esqueleto semicompleto, con una edad aproximada de 3.2 millones de años. Esta especie trepaba árboles pero también podía caminar en dos pies. Durante mucho tiempo se pensó en Lucy como la abuela de la humanidad. Sin embargo, esta especie pudo haberse extinguido sin que a partir de ella se continuaran las ramas de la evolución humana.

El Género Homo

La mayoría de los científicos aceptan que hay dos grandes grupos, o géneros, de homínidos en los últimos 4 millones de años. Uno de ellos es el género Homo, que apareció hace 2.5 millones de años y que incluye por lo menos tres especies: Homo habilis, Homo erectus, Homo sapiens. Uno de los grandes misterios de los estudiosos de la prehistoria es cuándo, cómo y dónde el género Homo remplazó a los Australopithecus.
Arbol genealógico que representa la posible evolución del hombre. Hace algún tiempo, el diagrama hubiera sido una línea recta, pero en la actualidad los especialistas piensan que la situación fue más compleja.

Homo Habilis y Homo Erectus

En zonas del este de África se encontraron restos de otros homínidos que existieron al mismo tiempo que los Australopithecus, lo que viene a demostrar que esta especie de homínidos no era la única sobre la Tierra hace dos o tres millones de años. Como los homínidos que se encontraron parecen mucho más "hombres", se les ha puesto el nombre de Homo. La primera especie del género Homo apareció hace 2.5 millones de años y se dispersó gradualmente por Africa, Europa y Asia.
En sus primeras manifestaciones se le conoce como Homo habilis, y tenía una capacidad craneana de 680 cm3 y su altura alcanzaba el metro y 55 cms. Era robusto, ágil, caminaba erguido y tenía desarrollada la capacidad prensil de sus manos. Sabía usar el fuego, pero no producirlo, y se protegía en cuevas. Vivía de recolectar semillas, raíces, frutos y ocasionalmente comía carne.
La especie que se desarrolló posteriormente a esta se denomina Homo erectus, hace 1.5 millones de años. La diferencia fundamental del Homo erectus y los homínidos que lo antecedieron radica en el tamaño, sobre todo del cerebro. Su cuerpo es la culminación de la evolución biológica de los homínidos: era más alto, más delgado, capaz de moverse rápidamente en dos pies, tenía el pulgar más separado de la mano y su capacidad craneana llegó a ser de 1250 cm3. También fabricó herramientas, como el hacha de mano de piedra, y aprendió a conservar el fuego, aunque no podía generarlo. Los científicos creen que esta especie se propagó hacia el Norte, por Europa (hasta Francia) y Asia, durante 4 000 años. Esta especie duró diez veces más tiempo de la que lleva sobre la tierra el ser humano moderno. Entre los Homo erectus que se han encontrado restos están el "Hombre de Java" (700 mil años) y el "Hombre de Pekín" (400 mil años).

Homo Sapiens Neanderthalis

Una o más subespecies del Homo erectus evolucionaron hasta llegar al Homo sapiens, un nuevo tipo físico. Los restos más antiguos del Homo sapiens tienen una edad entre 250 mil y 50 mil años. En sentido estricto se le denomina Homo sapiens neanderthalis: el hombre de Neanderthal. Recibe este nombre por el lugar dónde se encontró el primer cráneo que demostraba la existencia de su especie, en el valle de Neander, en Alemania.
Los hombres de Neanderthal tenían el cerebro de mayor tamaño y el cráneo distinto que del Homo erectus. Su mentón estaba hundido y su constitución era muy gruesa. Esta especie se encontró desde Europa occidental y Marruecos hasta China, pasando por Irak e Irán.
Los neanderthales estaban más capacitados y eran mentalmente más avanzados que ningún otro ser que hubiera habitado en la Tierra anteriormente. Esta especie humana vivió la última glaciación y se adaptó a ella construyendo hogares excavados en el suelo o en cavernas y manteniendo hogueras encendidas dentro de ellos. Los neanderthales que vivían en las zonas del norte de Europa fueron cazadores y se especializaron en atrapar a los grandes mamíferos árticos: el mamut y el rinoceronte lanudo, cuyos restos llevaban arrastrando hasta la entrada de sus cuevas, en donde los cortaban en pedazos.
Los hombres de Neanderthal se cubrían con pieles y disponían de mejores útiles de piedra que sus antepasados. Además realizaban una actividad novedosa: enterraban a sus muertos con gran esmero (p.e. en Asia se encontró un niño de Neanderthal enterrado entre un círculo de cuernos de animales). Los muertos no sólo eran enterrados cuidadosamente, sino que también el muerto era provisto de utensilios y comida. Es posible que los enterramientos y los vestigios de rituales en los que aparecen animales señalen los inicios de la religión. Tal vez creían ya en una especie de continuación de la vida después de la muerte.
El hombre de Neaderthal desapareció bruscamente, su lugar fue ocupado por los hombres modernos, hace unos 35 mil años.

Homo Sapiens Sapiens

Después del Neanderthal vino el Homo sapiens sapiens, que es la especie a la cual pertenecemos los seres humanos modernos. Se han encontrado restos de los primeros miembros de esta rama en el Cercano Oriente y los Balcanes, fechados entre el 50 mil y el 40 mil antes de Nuestra Era. Quizá avanzaron hacia el norte y occidente a medida que retrocedía el hielo. Estos seres humanos también cruzaron el estrecho de Bering, penetrando así en el continente americano y llegaron a Australia hace unos 25 mil años.
Los Homo sapiens sapiens se extendieron por la Tierra más que ninguno de los primates anteriores. Un grupo prehistórico de esta especie fueron los hombres de Cro-Magnon (32 mil años), llamados así por la cueva cercana a la aldea de Les Eyzies, Francia, donde fueron hallados sus restos óseos. Los cro-magnones vivieron la última glaciación y aunque su cerebro no era mayor que el del hombre de Neanderthal, le dieron nuevos usos pues, entre otras cosas, hicieron y mejoraron muchos instrumentos y armas. Los cro-magnones son también los artistas más antiguos. El hombre actual no difiere básicamente ni en capacidad cerebral, ni en postura, ni en otros rasgos físicos, del modelo que la evolución había logrado en el hombre de Cro-Magnon.
Para los biólogos, todos los seres humanos formamos parte de la misma especie (Homo sapiens sapiens) aunque hay distintas razas. Las líneas generales de distribución racial se iniciaron en la Prehistoria. Desde el punto de vista físico se pueden reconocer por lo menos cuatro categorías raciales fundamentales: negroide, caucasoide, mongoloide, australoide.
Lo que dio al hombre moderno su control sobre la Tierra no fue su físico, sino su capacidad de aprovechar y transmitir a sus descendientes la información cultural por medio de su inteligencia.

ORIGEN Y EVOLUCIÒN DE LA TIERRA

Formación de la Tierra

La tierra que hoy conocemos tiene un aspecto muy distinto del que tenía poco después de su nacimiento, hece unos 4.500 millones de años. Entonces era un amasijo de rocas conglomeradas cuyo interior se calentó y fundió todo el planeta. Con el tiempo la corteza se secó y se volvió sólida. En las partes mas bajas se acumuló el agua mientras que, por encima de la corteza terrestre, se formava una capa de gases, la atmósfera.Agua, tierra y aire empezaron a inteactuar de forma bastante violenta ya que, mientras tanto, la lava manava en abundancia por múltiples grietas de la corteza, que se enriquecía y transformaba gracias a toda esta actividad.

Formación del Sol y los planetas

Según los científicos, hace unos 15.000 millones de años se produjo una gran explosión, el Big Bang. La fuerza desencadenada impulsó la materia, extraordinariamente densa, en todas direcciones, a una velocidad próxima a la de la luz. Con el tiempo, y a medida que se alejaban del centro y reducían su velocidad, masas de esta materia se quedaron más próximas para formar, más tarde, las galaxias.No sabemos qué ocurrió en el lugar que ahora ocupamos durante los primeros 10.000 millones de años, si hubo otros soles, otros planetas, espacio vacio o, simplemente, nada. Hacia la mitad de este periodo, o quizás antes, debió formarse una galaxia.Cerca del límite de esta galaxia, que hoy llamamos Vía Láctea, una porción de materia se condensó en una nuve más densa hace unos 5.000 millones de años. Esto ocurría en muchas partes, pero esta nos interesa especialmente. Las fuerzas gravitatorias hicieron que la mayor parte de esta masa formase una esfera central y, a su alrededor, quedasen girando masas mucho más pequeñas.La masa central se convirtió eu una esfera incandescente, una estrella, nuestro Sol. Las pequeñas también se condensaron mientras describían órbitas alrededor del Sol, formando los planetas y algunos satélites. Entre ellos, uno quedó a la distancia justa y con el tamaño adecuado para tener agua en estado líquido y retener una importante envoltura gaseosa. Naturalmente, este planeta es la Tierra.

Sólido, líquido y gaseoso

Después de un periodo inicial en que la Tierra era una masa incandescente, las capas exteriores empezaron a solidificarse, pero el calor procedente del interior las fundía de nuevo. Finalmente, la temperatura bajó lo suficiente como para permitir la formación de una corteza terrestre estable. Al principio no tenía atmósfera, y recibia muchos impactos de meteoritos. La actividad volcánica era intensa, lo que motivaba que grandes masas de lava saliesen al exterior y aumentasen el espesor de la corteza, al enfriarse y solidificarse.Esta actividad de los volcanes generó una gran cantidad de gases que acabaron formando una capa sobre la corteza. Su composición era muy distinta de la actual, pero fue la primera capa protectora y permitió la aparición del agua líquida. Algunos autores la llaman "Atmósfera I".En las erupciones, a partir del oxígeno y del hidrógeno se generaba vapor de agua, que al ascender por la atmósfera se condensaba, dando origen a las primeras lluvias. Al cabo del tiempo, con la corteza más fría, el agua de las precipitaciones se pudo mantener líquida en las zonas más profundas de la corteza, formando mares y océanos, es decir, la hidrosfera.

ORIGEN Y EVOLUCIÒN DE LA VIDA:

La cuestión del origen de la vida en la Tierra, ha generado en las ciencias de la naturaleza un campo de estudio especializado cuyo objetivo es dilucidar cómo y cuando surgió. La opinión más extendida en el ámbito científico establece la teoría de que la vida evolucionó de la materia inerte en algún momento entre hace 4.400 millones de años, cuando se dieron las condiciones para que el vapor de agua pudiera condensarse por primera vez y 2.700 millones de años, cuando la proporción entre los isótopos estables de carbono (12C y 13C), de hierro (56Fe, 57Fe y 58Fe) y de azufre (32S, 33S, 34S y 36S) inducen a pensar en un origen biogénico de los minerales y sedimentos que se produjeron en esa época y los biomarcadores moleculares indican que ya existía la fotosíntesis. Además entrarían aquí ideas e hipótesis sobre un posible origen extraplanetario o extraterrestre de la vida (panspermia), que habría sucedido durante los últimos 13.700 millones de años de evolución del Universo conocido tras el Big Bang.
La cuestión del origen de la vida ha constituido desde hace mucho tiempo un desafío para la imaginación, pero puesto que no disponemos de una "máquina del tiempo" como la utilizada por el personaje de la novela de H. G. Wells, los intentos de reconstruir la génesis de la vida en el ambiente de la Tierra primitiva tienen mucho de temerario. Esto es así sobre todo porque no existen fósiles de los primeros seres vivos que colonizaron nuestro planeta. Los microfósiles más antiguos tienen tres mil seiscientos millones de años (3,6 eones). Sin embargo, los científicos han obtenido pruebas geológicas indirectas según las cuales la capacidad de fijar anhídrido carbónico, que es expresión de la existencia de seres vivos capaces de realizar fotosíntesis (es decir, de aprovechar la energía de la radiación solar para formar los compuestos necesarios para su supervivencia), apareció hace 3,8 eones.

La evolución, es el concepto que pretende explicar que toda la vida en el planeta se deriva de un antepasado común. Hipótesis que pretende ligar todos los fenómenos físicos, químicos, biológicos por transformaciones sucesivas más o menos graduales y continuas de una sola realidad primaria.

La bioquímica de organismos vivientes es una colección de estrategias exitosas acumuladas a través de billones de años de experimentación de la vida. La mayor estimación de los años que la vida esta en la tierra se calcula en 3.85 mil millones de años. Esto es basado en las proporciones de isótopo de carbono en algunas de las piedras sedimentarias más viejas conocidas en la tierra, las rocas Itsaq la piedra génesis en el sur oriental de Groenlandia. Estas piedras no contienen microfósiles visibles, pero las células vivientes preferencialmente incorporan el isótopo más ligero del carbono C12 no el C13 o C14. Material que se ha originado de los seres vivientes, tiene una proporción de estos isótopos de carbono que refleja el decaimiento de los isótopos más pesados. El carbono de materiales no orgánico-biológico tiene una proporción diferente. Las proporciones de isótopo de carbono vistas en estas piedras antiguas de 3.85 mil millones de años parece como si tuvieran un origen en células vivientes. Un decaimiento similar de isótopos de carbono se ha reportado para un meteorito marciano que se pensó contenía microfósiles.
¿Qué significa eso para el origen de la vida? El planeta se formó hace aproximadamente 4.5 mil millones de años y se piensa que la superficie se encontraba fundida o bajo el bombardeo continuo del espacio antiguo hasta hace aproximadamente 4 mil millones de años. Los impactos de meteoros y la actividad volcánica habrían hecho la superficie incapaz para la vida. La existencia probable de vida promedia 3.85 mil millones de años, cuando la vida casi comenzó en el planeta. Por consiguiente, el origen de vida en la tierra fue muy rápido. Los microfósiles más viejos evidencian células que se parecen a la cianobacteria que viene en una chert -una piedra parecida a la pedernal, consistiendo esencialmente en una gran cantidad de chalcedony fibroso con cantidades más pequeñas de cuarzo criptocristalino y la sílice amorfo- de Ápice de arcaica, siendo el eón más primitivo de la historia geológica o el sistema correspondiente de piedras, -eón: unidad de tiempo geológico, equivalente a 1000 millones de años- de Australia occidental fechada aproximadamente 3.5 mil millones de años.

SEGUN LA RELIGIÒN:
ORIGEN Y EVOLUCIÒN DEL HOMBRE Y SUS CARACTERISTICAS:
Hace millones de años que dialogamos con la naturaleza y para interpretar sus mensajes hemos utilizado el código religioso. Hasta el siglo XIX la Biblia fue la indiscutible guía espiritual y material para generaciones de científicos cristianos. En la cosmogonia del texto sagrado hay dos etapas significativas para la historia de los seres vivos: el paraíso terrenal y el diluvio universal. Acontecimientos que algunos naturalistas identificaron en el tiempo y en el espacio terrestres. Podríamos zanjar radicalmente la cuestión acudiendo a intelectuales como Voltaire. El filósofo rechaza la teología de los fenómenos naturales catalogándolos como milagros y, consecuentemente, alejados de la razón, son admisibles sólo mediante un acto de fe, lo cual, subraya irónicamente, es otro milagro. Conclusión: el conocimiento racional de la naturaleza excluye la religión. La intransigente posición volteriana contrasta con propuesta integradoras como la realizada por Linneo (1707-1778), pertinaz en compaginar ciencia y religión, y lo hace desarrollando un esquema actualista bio-geológico que unifica la historia terrestre y la religiosa como sigue. El botánico sueco localizó el paraíso en la isla de Ceilán, actualmente Sri Lanka (Flora zeylanica, Holmiae, 1747), e imaginó un ingenioso proceso sedimentario de carácter biológico para explicar la emersión del fondo marino adaptado a la formación de restos fósiles. Es su teoría de los sargazos (Systema Naturae, 1748, 6ª edición; Oeconomia Naturae, 1750). El modelo atribuye a estas algas una función estabilizadora, las colonias de sargazos mantienen el mar en calma y favorecen el depósito de barro y cieno, sedimentación de partículas en suspensión, que ocurre en tal circunstancia. A su vez los fondos cenagosos constituirían lechos idóneos para la fosilización preservando los restos orgánicos a medida que el fondo del mar se eleva.
Una vez alcanzado el status de región geográfica el paraíso pierde su valor sobrenatural, se materializa adquiriendo la unidad espacio-temporal terrestre. Existe y se puede visitar en cuerpo y alma, ahora y después. La creación no es una entelequia, tiene unas coordenadas geográficas y representantes animales y vegetales tangibles. Paralelamente la teoría de los sargazos explica un hecho irrefutable. Demostrada la procedencia orgánica de los restos fósiles, su existencia prueba que la tierra estuvo cubierta por el mar y los actuales continentes emergieron del fondo marino. De esta(s) inundación(es) -el diluvio universal según la versión recogida en la Biblia-, la tierra emerge a consecuencia de un proceso sedimentario lento y progresivo, de origen biológico, que condiciona la creación diferenciando dos etapas consecutivas: génesis orgánica y distribución geográfica. Si aceptamos que la conformación orográfica de Tierra es el resultado de un proceso geológico dilatado temporalmente, la hipótesis nos obliga a sostener que la distribución de las especies tuvo que ajustarse a un ritmo similar. La creación deja de ser un acto puntual para convertirse en un proceso cronológico, es hija del tiempo -temporis filia- según la terminología linneana. Para racionalizar la creación Linneo temporaliza el proceso, y la distorsión afecta tanto al reparto como a la génesis de las especies. Franqueada la barrera temporal el modelo creacionista admite un principio de variabilidad cuantitativa que no escapó a su intelecto. Fue en la década de los años sesenta cuando se produce el cambio abandonando el fijismo radical, que históricamente le persigue, en favor de una interpretación acorde con la variabilidad intraespecífica observada. Como afirma Linneo en su Disquisitio de sexu plantarum, <>. Él es consciente de las variaciones tipológicas que las formas parentales transmiten a sus descendientes a través de la reproducción, e hijos del tiempo son ahora tanto el suelo como las especies que lo pueblan. La creación es un proceso cronológico también a escala genésica. Originalmente Dios formó una sola especie de cada género, apareciendo las restantes sucesivamente por hibridación de las formas existentes. La restricción del número de especies concuerda con los límites geográficos impuestos al paraíso, imposibilitado para albergar la diversidad especifica cotidiana, y el desarrollo paulatino de la orografía continental. La teoría supone una significativa remodelación del ideario fijista: 1. el género sustituye a la especie como nivel taxonómico invariable; 2. las especies son constantes y cuantitativamente variables. Dios es el artífice del programa y la creación sigue sus pasos pero el hecho ha perdido su cualidad sobrenatural convirtiéndose en un fenómeno actualista, es el resultado de mecanismos biológicos y geológicos análogos a los del presente provocando un incremento cronológico de la biodiversidad mediante la reproducción. Linneo conforma así un modelo de creación variable aplicando un criterio evolutivo básico: la aparición de nuevas especies por hibridación de las formas preexistentes. El esquema implica aceptar la relación genealogica de los seres vivos. Curiosamente, un siglo después Darwin afirmaba que el hibridismo era un obstáculo para la aceptación de la teoría de la evolución pero Mendel resolvió el problema.

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